- Si quieres aumentar o mejorar tu masa muscular.
- Cuando necesitas completar el requerimiento diario de proteína.
- Cuando hay pérdida de masa muscular por la edad o alguna enfermedad.
- Si hay intolerancia o rechazo a las carnes u otro tipo de proteínas.
- En jornadas largas de trabajo o deporte donde el cuerpo requiere nutrientes.
- Como sustituto de alguna comida.
- Para bajar o subir de peso.